En el último tiempo se ha producido una acalorada discusión en nuestro país a raíz de las
subdivisiones prediales en zonas rurales bajo el DS 3.516 que permite la subdivisión en superficies
de no menos de 5.000 m2 (las llamadas parcelas de agrado) y cuyo dueño puede edificar una vivienda
en ella para su propio uso más una segunda para el cuidador. Recientemente, el Ministerio de
Agricultura ha congelado estos procesos de subdivisión. Diversos municipios alegan por su parte que
estas parcelaciones en el entorno de algunas ciudades son una forma solapada de expansión urbana
y presentan varias deficiencias. Entre ellas, se cuenta la ausencia de servicios básicos como agua
potable y alcantarillado, así como el alto costo de recolección de basura y otros servicios municipales.
Se objeta también la falta de estándares ambientales y la pérdida de suelo agrícola valioso. Esta breve
nota del Centro de Estudios Inmobiliarios del ESE Business School de la Universidad de los Andes
muestra, con la información de la base catastral del Servicio de Impuestos Internos, la evolución de
los roles agrícolas en Chile y busca hacer una contribución a esta discusión.
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